Las Torres de Hermida
Las Huellas de Rosalía en el ayuntamiento de Dodro las encontramos en Lestrobe, en las Torres de Hermida, también conocido como Pazo de Hermida. Esta construcción, declarada como Bien de Interés Cultural, tiene su origen en el S.XII, en unas antiguas torres defensivas de la Ría de Arousa. Aparecen citadas en un gran número de documentos medievales, como es el caso de la lírica profana galaico-portuguesa o las Cantigas de Santa María. Más tarde fueron reconstruidas para convertirse en una residencia. En el siglo XIX, su propietario, Gregorio Antonio de Hermida, se casaba con María Josefa de Castro, hija de los señores de Arretén y tía de Rosalía de Castro. Este hecho hizo que la vida y obra de la poetisa quedara vinculada a este lugar, donde pasó largas temporadas en compañía de su familia y de su primo. «Don José de la Hermida y Pazos de Borbén», propietario del pazo, conocido como «Don Pepito», republicano y librepensador, practicante del nudismo, del que Castelao llegó a decir «No ha dado la tierra, jamás, un hombre semejante». Rosalía se refugió aquí cuando murió su madre, en el verano de 1862, y más tarde nacieron en este lugar sus hijos gemelos, Ovidio y Gala. En este pazo estableció su residencia permanente entre 1879 y 1881.
En las Torres de Hermida, Rosalía escribió Padrón y las inundaciones en 1881 y compuso parte de Follas Novas, El primer loco, Costumbres Gallegas, El domingo de Ramos y Cartas a Murguía. La huella de Lestrobe y de Dodro es visible en muchos de sus poemas, como en «Cómo llueve despacito» o en «Ubi sunt», en los que recoge recuerdos de esos lugares queridos:
«Cómo llueve despacito/cómo despacito llueve/por la zona de Laíño/por la zona de Lestrove» y
«¿Dónde están?/¿qué fue de ellos?/!Padrón!…/!Padrón!…/Santa María…/Lestrove…/!Adiós!/!Adiós!”.
Las Torres de Hermida tienen un espacio privilegiado no solo en la literatura de Rosalía de Castro sino también en la historia de Galicia, ya que el 26 de marzo de 1930 se celebró en ellas el conocido Pacto de Lestrobe, en el que el dueño del pazo, después de ser vendido por «Pepito Hermida», D. José Vázquez Batalla, ejerció de anfitrión de una reunión clandestina de las diferentes fuerzas republicanas. En ella se creó la Federación Republicana Galega, que tenía como objetivo instaurar el régimen republicano y conseguir el Estatuto de Autonomía para Galicia. En el interior de la construcción aún se conservan la mesa donde se firmó el documento y un pergamino conmemorativo de ese acto.
El municipio de Dodro es especialmente significativo para la Ruta Rosaliana, no solo por la marca que las Torres de Hermida dejaron en la vida y obra de Rosalía, sino porque estas tierras también vieron nacer dos personalidades fundamentales para el estudio de la obra de la poetisa: Avelino Abuín de Tembra (Imo, 1931-Santiago de Compostela, 2009) y Anxo Angueira Viturro (Manselle, 1961). El primero, ideólogo e impulsor de la Ruta Rosaliana, un itinerario literario que da a conocer los lugares más importantes de la vida de la escritora; y el segundo, escritor y actual presidente de la Fundación Rosalía de Castro.
Si deseamos descubrir más pormenorizadamente la historia de Dodro y su hermoso patrimonio, les recomendamos a las personas que nos visiten una parada en las Brañas de Laíño, uno de los espacios húmedos más extensos, desconocidos y de mayor valor ambiental de Galicia, incluido en la Red Gallega de Espacios Protegidos y donde anida una subespecie del escribano palustre, una ave protegida legalmente y catalogada en peligro de extinción.
También constituye una parada obligada el amplio patrimonio arqueológico que alberga el municipio. Lo componen cinco castros, varios túmulos y múltiples petroglifos, que datan principalmente de la Edad de Bronce y entre los que destacamos la estación rupestre de Bouzabadín, un conjunto de grabados en doce piedras en los que se observan círculos concéntricos, huecos, escenas cruciformes, ecuestres, antropomórficas y zoomórficas.
Si atendemos al patrimonio etnográfico, son numerosos los molinos, cruceros, relojes, palomares y lavaderos que salpican nuestra geografía, pero Dodro es sobre todo tierra de hórreos. Tenemos inventariadas unas 220 construcciones de estas características, destacando por la belleza de su agrupación los hórreos de A Lavandeira (Imo).
Desde el punto de vista intelectual, estas tierras fértiles dieron a luz a numerosos personajes destacados en el mundo de las artes, de la política y de otras disciplinas. Para conocer algo más de alguno de ellos, recomendamos dos rutas literarias: «Pensa Nao» y “Los días olvidados”. La primera es un itinerario que visita los espacios literarios de la obra del escritor de Manselle, Anxo Angueira, y que nos devuelve a 1935, a punto de estallar la Guerra Civil, a una pequeña aldea de Dodro (Sernanselle) donde emigrantes retornados crean una moderna cooperativa de leche en el medio de las convulsiones políticas y sociales. La segunda ruta, «Los días olvidados”, del poeta Eusebio Lorenzo Baleirón (1962-1986)”, recorre los lugares en que vivió el autor de Los días olvidados, El cuerpo y las sombras, Libro de los viajes y los sueños y La muerte presentida, que en 2017 fue propuesto para ser el escritor homenajeado en el Día de las Letras Gallegas de 2018.
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